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Siempre es ahora.

Licda. Gabriela Xón.
5 mar 2018
1 Min. de lectura

¿De cuánto nos estamos perdiendo día a día y segundo a segundo por querer abarcar más de lo necesario?

La mente de mono es un concepto oriental que ejemplifica la forma en que nuestra mente funciona: saltando de idea en idea, de preocupación en preocupación, de camino en camino sin poder concentrarse en el paso actual que estamos dando. Podemos perdernos en cavilaciones sobre lo que podría pasar, sobre mil escenarios posibles (en mucha ocasiones en el peor escenario de lo que nos podría pasar). También sucede con el pasado, lo que fue (lo que hicimos, lo que nos hicieron, lo que no). Esta característica no es mala en sí misma, hasta que nos impide conectar con el momento presente y con las cosas que ahora tenemos frente a nuestros ojos. Sucede con lo que nos gusta y lo que no.

Para trascender a nuestras experiencias, esto es para crecer por medio de ellas, habrá que transitar y no evadir. El dolor y la alegría, la paz y la ansiedad. Lo suave y lo áspero.

Centrarse al menos una vez al día exactamente en el momento presente y vivir cada sensación nos ayuda a conectarnos con nuestra realidad. ¿En dónde se encuentra usted ahora que lee esto? ¿Cómo está posicionado su cuerpo? ¿Qué tiene enfrente de usted, además de la pantalla? ¿Qué aromas percibe en el ambiente, qué temperatura?

Permitirnos dar un respiro para darnos cuenta lo que está ocurriendo a nuestro al rededor puede potenciar nuestra visión sobre lo que debemos hacer.