Un niño y su globo.

Un niño llora porque su globo se ha pinchado. Su padre angustiado al ver su llanto y su dolor por la pérdida puede seguir varios caminos: -Decirle que se calle, porque lo está avergonzando frente a las personas en la calle, dándole a entender que la tristeza es algo vergonzoso que debe ocultar. -Pedirle que se calme mientras rie, dándole a entender que la tristeza es algo que debe evitarse o que "no es para tanto". -Ordenarle molesto que se calme o se calle, dándole a enteder que el llanto o la tristeza es una mala acción que requiere un castigo. -Explicarle que los globos "son así" y que no hay nada que él pueda hacer, dandole a entender que debe racionalizar sus sentimientos y el evento que acaba de pasar. -Ofrecerle inmediatamente que le comprará otro, dandole a entender que todo es remplazable y al fin y al cabo "un clavo saca a otro clavo". -Asegurar que "no le comprará otro jamás, porque no sabe cuidar las cosas", dandole a entender que la pérdida de su globo fue totalmente su culpa y que nunca volverá a tener otro. -O escucharlo y validar sus emociones, dándole a entender que empatiza con el valor que le pude otrogar un niño de su edad a un globo, el significado de esa imprevista pérdida que tiene para él y lo importante de sentirse contenido y acompañado mientras comprende que su globo se ha ido y eso es doloroso para él.

Este ejemplo nos puede ilustrar las estrategias que aprendemos desde pequeños para procesar las pérdidas, y también nos sugiere una idea de cómo podemos otorgar la oportunidad a los niños de conocer otras formas de lidiar con el dolor (que es algo que está presente si o si en nuestra vida) y evitar quedar estancados en procesos de duelo o pérdida resolviéndolos de la manera más sana posible.

Gabriela Xon Clínica psicológica SaludableMente Teléfono 33050299

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